miércoles, 19 de febrero de 2020

La reforma o el monje que tiro al niño junto a los pañales por la ventana. O de la teología política insurgente volitivista.


A vuelo de pájaro en la Historia. Volitivismo o racionalismo Feudalismo e hipocresía, democracia o tercera persona de la divinidad y sus causas de posibilidad. 

Antes de entrar en terrenos teológicos, cosa que puede ser tan terrorífica como sumergirse en el océano profundo para el común de los mortales de esta época presente; y para poner un poco de contexto en este ensayo. Esto es para comenzar por la política y luego comenzar a ver sus relaciones con la teología, o la doctrina y sus antropologías respectivas:

El tres veces maldito Julius Evola, el ser que mas puede venir a ser el símbolo transiente de todo lo que denostamos aquí racionalmente, fijo la división entre su corriente degradante y el catolicismo, en las batallas de Güelfos y Gibelinos. La polifacética aberración del pensamiento de Evola, aquí da en cierto clavo muy bien escogido. Tal y como el lo plantea es la lucha entre las tendencias de los Gibelinos a fundir poder terrenal y espiritual en la figura de un Emperador y la tendencia de los güelfos a crear una asamblea democrática de sabios, que anticipa posteriores desarrollos en la Edad Media.

Cambiando de tercio o de autor, yendo a las paginas de las tres veces loada Florance Gauthier, historiadora de mas renombre en el estudio de la Revolución Francesa, discípula de Mathiez ( enfrentada a la historiografía marxista, que considera a dicha revolución “burguesa” y la thermidoriana, que apropiándose y tornando del revés el sentido, sostiene que dicha revolución y su contrarrevolución particular fueron “burguesas”), tiene en la revista sin permiso paginas magistrales sobre la revolución contra el feudalismo en la Edad Media y las universitas cristianas con tierras comunales, régimen de libertad y voto ( que incluía a las mujeres, para desmayo de los teóricos de genero empeñados en separar cristianismo y dignidad histórica de la mujer). Cuando llegamos a los momentos previos a la reforma tenemos dos grandes naciones católicas, Francia y España. La ultima fuente de un Imperio mal comprendido, que puso en marcha el cristianismo católico de base, el derecho natural de la Escuela de Salamanca, mediante una monarquía. ¿Y qué es diferente por el impulso de la “izquierda” católica entre esta y otras monarquías? Pues que, como los actos y testamentos de Isabel la Católica muestran, o la Controversia de Valladolid, única en su tiempo, que paro durante tres años la Conquista, esta dinastía católica española no podía resignarse a ser reyes por la gracia de Dios, debían demostrar que la elección de Dios para con ellos había sido acertada y debían ganarse con sus honestos actos el calificativo de católicos. Al escuchar Isabel a Bartolomé de las Casas y actuar en consecuencia, vemos como se desarrolla la tendencia güelfa en España: se trata de una monarquía que es paraguas de las universidades, con sus controversias, y fundamentalmente, del derecho natural. Lo cual es una proeza en cuanto coherencia de un poder absoluto que busca su legitimidad en la sumisión a los principios católicos, aunque estos restrinjan el poder absoluto de un Imperio en expansión. Es pues el nacimiento de la crítica, como critica teologico-antropologica, y de la política critica, que en vez de en republica cosmopolita como postula Kant, es monarquía cosmopolitita ka-tolika. ¿Y se supone que España es el antiguo régimen? No, pues quien abandera el derecho natural en la Edad Media abole, o bien restringe, limita cualquier relación de servidumbre. ¿Dónde esta el antiguo régimen? En las monarquías absolutas degeneradas, en los Emperadores del Sacro-Imperio Germano, y en gran medida en el Imperio Vaticano. Todo lo que vamos a ver ahora, si uno sigue el subtexto político, es como la Reforma alienta los vientos Gibelinos, el volitivismo arbitrario no sometido a legalidad racional, entrando en una suerte de lucha en la vena de la Real Politik, bajando al barro y convirtiéndose en algo peor que su enemigo, intentando arrebatar el canon monárquico en cuanto gobernante plenipotenciario por arbitrio divino, y en el camino convierte a Dios en tal tirano arbitrario. Su éxito se debe a dos factores combinados: su potente retorica contra el moná-arkon teológico por la gracia de Dios, que era el Papa, por tanto, desmontando el poder meta político que daba legitimidad al Imperio Español, que fue el autentico objetivo, y al cual no se combatió en nombre de la razón, si no del llamado racismo científico, desde un refuerzo y escusa para nuevas formas de feudalismo como contrataque local contra ese cristianismo coherente institucional que contenía la semilla del racionalismo. Mientras, y hasta la Revolución Francesa el derecho natural saldrá del mapa, para desaparecer de nuevo y reaparecer en la “Declaración de los Derechos humanos” de 1945. En cierto sentido este articulo trata de como la verdadera doctrina católica esta “velada” en los DDHH, como la democracia y el Espíritu Santo, siguiendo libremente a Hegel son la causa de posibilidad de una nueva religiosidad, de una superación del catolicismo positivo jerárquico y de la Reforma, y de un horizonte racional donde el acto que hace el Reino de los Cielos puede aparecer, precisamente como fundamento de la ética de la vocación absoluta desinteresada. Es pues hora de al entender recuperar nuestra cultura. Los últimos serán los primeros cuando la base del catolicismo se transforme en una verdadera meritocracia desde cánones democrático-teológicos-racionales.

El entramado institucional jerárquico monas-arkontico positivo-objetivo del catolicismo vaticano como fin ultimo de la universalidad católica y las bulas papales. El comienzo de una refriega en el barro entre los expertos en pajas y ojos ajenos ( y el entredicho de los sabios arquitectónicos en vigas propias).

Si uno quiere hablar del origen de la reforma debe acudir en primer lugar al problema de las bulas papales. Criticadas por católicos racionalistas como Pascal en sus Cartas Provenzales y con mucho mas tino, con muestra de la finura cultural de la alta y anciana (en siglos de desarrollo) cultura racionalista católica, versada en cultura antigua y en teología sistemática, versada en la dura escuela lógica del escolasticismo y en la cultura de la oposición libre en el seno de las universidades. Defender las bulas papales es una quimera, es clara simonía, y no es teológicamente defendible. Salvo desde cierta visión sobre que consistía aquello que llevaba la cultura católica a expandirse, asentarse y superarse. Es la visión positivista política del catolicismo: solo esos núcleos institucionales entrelazados que positivaban un imperio podían mostrar o ser cristianismo positivo, o cultura católica encarnada en instituciones diversas entrelazadas. Según esta visión la bula no era mas que el modo de focalizar a la cristiandad hacia el objetivo de positivar las instituciones católicas, las catedrales, universidades, la iglesia inacabada de San Pedro del Vaticano. Como la banca internacional era un agente necesario mediante préstamo con intereses, podemos ver que aquello era una operación de coalición de poderes facticos para impulsar un desarrollismo institucional, un desarrollismo económico vinculado, un desarrollismo de instituciones creadores de maestros, frailes, comerciantes, clérigos católicos. Era una operación meta-política que quería impulsar el desarrollo del meta imperio Vaticano. Pero tomando por la iglesia la positividad institucional de la misma meramente. Ahora la positividad institucional teológica (la letra enfáticamente restringe el espíritu aquí) ya dictaba que ningún fin mundano por elevado que fuera permitía vender la absolución de un sacerdote por el mero acto pecuniario del “arrepentido”. En las instituciones, entre la letra y su verbo, pues se podía librar un combate y esta noción, claro, acompañara la gestación de la Reforma. Un cuerpo solido institucional cristiano tiene, en principio, los elementos en si para reformarse internamente en tanto principios teológicos bien determinados. Como Lutero no veía tal reforma suceder en el catolicismo vaticano concluyo que a) aquel no era un cuerpo institucional cristiano b) era un cuerpo institucional mundano ergo era un cuerpo institucional demoniaco suplantador del vero verbo en su letra de bulas papales y corrupción.  Ahora Lutero en la línea del peor derrotero caracterológico alemán, se ve arrebolado por la idea pura por la cual no es una reforma institucional si no una reforma de carácter teológico fundamental la que se deriva: una nueva religión, “idealmente pura”, para una raza “pura”( Hay literalmente una línea directa entre Lutero, el antisemitismo, anti-sureuropeismo, el racismo científico de los Nazis. No son pocas las veces que Hitler se reclama “el nuevo Lutero”). Literalmente afecta a los fundamentos mismos de la doctrina católica, no solo a su uso, a su abuso, a su letra. ¿No es acaso la letra la que hace aparecer el verbo distorsionado? ¿Cuál parte de la letra es custodia del verbo y cual su carcelera? Se impone ante tal dilema la necesidad de encontrar un nuevo comienzo en la letra de la misma Biblia ( algo parecido a los disparos a los relojes en la Revolucion Francesa: comienzo absoluto, cambio de eones, tabula rasa), desestimando en bloque siglos de desarrollo civilizatorio construidos sobre esta, incapaz de distinguir dentro de este las manzanas podridas de las sanas. Es un nuevo comienzo de una civilización cristiana alternativa. Parte de esta epifanía venía a colmar, además, esa profunda intuición de superioridad racial de los germanos frente a judíos, árabes, españoles, italianos y con la convicción interna según las razas inferiores sureñas habían caído en un mezcolanza, que era signo de corrupción, ósea la iglesia del demonio había llegado hasta el tuétano genético de los pueblos católicos (e infieles del Libro),  pero existía una raza norteña pura a  y a esta le correspondía una nueva religión, pura, libre de yugos jerárquicos en la iglesia y en el gobierno. Libre de yugos con la religión de los inferiores. ¿Y qué podía ser más grato a la nobleza de Europa central que tener una excusa teológica para la sublevación contra los poderes supra regionales como los imperios sureños? Para Lutero la condena a la simonía llevaba a la conculcación del sistema de libre absolución por obras en un funcionamiento normal de dichas instituciones, por el cual los pecados debían ser confesados públicamente o privadamente pero confesados, y estos pecados eran precisamente las malas obras, y llevado a estado de contrición y absuelto eclesialmente mediante una penitencia. Pero el sistema estaba diseñado, quizás pobremente, para crear una consciencia del pecado, que era el pecado y que su contrario. Ciertamente solo podía decir que el proceso concluía con el cambio de rumbo en el acto que tanto el Bautista, como Cristo o Pablo señalaron como el culmen lógico de la vida cristiana. Ciertamente los que hacían mal y se arrepentían podían ser salvos si el arrepentimiento era sincero, pero solo se preocupaban de tal cosa y no de realizar el Reino de los Cielos (según el formalismo católico, luego veremos que pasa con los arrepentidos de domingo y pecadores semanales). Solo los que obran la justa y fructífera acción mediante el sacrificio a los demás o a los principios conductuales de la teología cristiana podían ser llamados cristianos. Parte de ese obrar tenia que ver con la construcción positiva de las instituciones católicas y otra con el uso de tales instituciones según los principios teológicos del catolicismo como sistema del cristianismo. La reforma del Carmel no se entiende sin esto. Ahora el mandato de obra de Cristo debe hacerse por amor y no por comprar la salvación, pero en tal circunstancia no podía negarse que el caritativo, humilde, justo, cultivado daría los frutos por los que los salvos se reconocen. Pero ahora asistiremos a una serie de contrasentidos asombrosos. En primer lugar, olvidando que al que actúa por amor haciendo obras cristianas hace el reino de los cielos y el espíritu santo esta con el y con el la gracia de Dios. Dios no es un arbitrario concesor de la gracia si no que una de sus tres figuras es literalmente el espíritu que galvaniza la comunidad con fe verdadera y con verdadero sacrificio en pos de la buena obra, obra no ya del humano mundano y sus intereses si no de “Cristo en mi”, obra desinteresada y desinteresada del coste mundano de dichas acciones. Y que esta es la doctrina fundamental cristiana subyacente a cualquier conocimiento de la gracia por parte de una persona se muestra de modo irónico en la aparentemente muy reformista canción “Amazing grace”.  

Amazing, coherent grace by good deeds.

El contexto es el de un monje implicado en el trato de esclavos, que súbitamente ve esa universalidad del a imagen y semejanza, y ve los enormes pecados cometidos contra sus hermanos, con verdadera contrición y arrepentimiento comienza a luchar contra el trafico de esclavos, y libera a los suyos en primer lugar, para seguir combatiendo él esclavismo. Pecado pues arrepentimiento cambio de camino y claro entonces recibe la gracia. Que se le ha dado a pesar de sus pecados por su honesto cambio en relación a los esclavos y al problema de la esclavitud. Puesto que imaginemos que el autor es un esclavista, se da cuenta del pecado, pero sigue cometiéndolo y le viene la gracia, y como ya es salvo se dedica al “peca más fuerte” y hace un imperio esclavista. Esto seria obsceno, pensar tan solo que el dios cristiano actuaria así, que daría la gracia a quien sigue haciendo las obras del adversario es sencillamente estomagante. Sin embargo, no fue así en este caso, y la sincera canción no supone que ese “wreck like me” que es salvo sigue después de recibir la gracia siendo el mismo tipo de wreck, más bien ha sido reconstruido y salvo y el autor se maravilla de como el señor ha podido coger un barco naufragado y lo ha convertido en un barco que navega viento en popa sobre las aguas de la eticidad y moralidad cristiana. Mas aun es debido a que el wreck se ha dado cuenta de su estado y error y nada en sentido contrario por amor a los hombres, que el wreck ya no es tal cosa, que se ha salvado puesto que ha mostrado al sincero cristiano que anidaba en el pecador y por tanto la gracia le restituye las heridas que el se ha causado y repara su corazón.

El problema de Saulo y la obra de Pablo. ¿Sola gratia? ¿Dia-gratia?

La sola gratia es especialmente aplicable a San Pablo, pues es cuando cae camino a Damasco de facto un ajusticiador de cristianos, nada ha hecho para merecer la gracia, excepto perseguirles con honesto celo religioso. Pues Saulo cree que el mesías no hay llegado, que persigue herejes, blasfemos contra la verdad. Es un teólogo militante sincero, y sigue honestamente la teología del Sanedrín además sin ser testigo de los hechos de la crucifixión y siendo judío culto no puede pensar otra cosa. De modo que Cristo aparece y le muestra su realidad, poder y la verdad, así como lo que en verdad hace y le reconviene. Entonces le da una alternativa, diciéndole que si con el mismo celo defiende la verdad del cristianismo el puede hacer de un asesino un santo y que grandes obras hará en nombre de Cristo (resumiendo mucho y reduciendo mucho tal interacción a los efectos que nos ocupan). Además, le dice que hay una razón por la cual le ha elegido y que oponerse a su decisión es no comprender los misteriosos caminos del Señor. Ahora imaginemos a un Pablo que decide poner el status y la comodidad por encima de la verdad e ignorar a Cristo, por ahorrarse complicaciones sociales y vitales. ¿Acaso podría ser salvo? Entonces Pablo recibe la gracia al unirse activamente a la comunidad que actúa y vive el Espíritu Santo. O recibe dos gracias, la que le permite intentar ser salvo y la que le salva en su sincero acto de sacrificio y servicio. Y no puede ser de otro modo. La sola gratia de Pablo no es gracia de salvación, es gracia de conocimiento del salvador para aquel que solo mediante esta puede conocerle como tal, es por tanto doble gracia y de ningún modo sola, pues si Saulo no hubiera tenido que actuar en consecuencia a la “gracia informativa”, nunca hubiéramos tenido un San Pablo, mártir y doctor, que por amor al recto deber y recto decir recibió la plena gracia.

La sola gratia en el abismo incomprensible del soliloquio subjetivo con un Dios feudal.

 Ahora la propuesta de Lutero independiza la concesión de la gracia de la sincera practica desinteresada de la vida cristiana. No es posible merecer la gracia y por tanto todos por igual la desmerecen y solo por un acto de voluntad éticamente arbitrario se otorga la gracia. Aquí la acción del hombre hacia Dios y en el camino cristiano no importan, su acción no modifica nada ni es causa de nada. Por tanto, el pecar fuertemente tampoco puede implicar nada y el pecador irredento puede tocarle la gracia también. Esta unilateralidad típicamente alemana crea un escenario que ya no es cristiano. Desenlaza salvación y acto, para saltarse el problema de la autoridad institucional en la absolución, y dejando la decisión en dios únicamente al tiempo hace que la decisión sea arbitraria, absoluta e impenetrable. De modo que Dios puede premiar con la gracia al criminal y al bondadoso buen samaritano negársela. Y este Dios no es Dios, no se hace entender, no funciona por principios y por tanto es más bien Satán en la posición de Dios…….y esto con el calvinismo y sus derivaciones se ve con claridad (Aquí es importante recordar que no funcionar por principios superiores racionales es en si un principio, y que San Pablo remarco que no es una lucha contra la carne es un combate contra Príncipes-que no se someten mas que a la ley de su arbitrio- y que estos Príncipes son los avatares de sus principios…o falta de ellos) . Con todo esto elimina toda la cultura escolástica racional e impone la relación volitiva pura entre el hombre y Dios. El protestantismo dice luchar contra la aceptación de la ignorancia, cuando crea un dios incognoscible, y combate el analfabetismo promoviendo la lectura personal y literal de la Biblia….y esto llama cultura. Señor Lutero, un ignorante puede ser salvo y mas si es un ignorante honesto sin medios para dejar de serlo. Pero un campesino que lee la Biblia literalmente es un ignorante que se cree sabio y esto es mucho peor. Pues con ello la lectura mas burda de la Biblia se convierte en ley y toda la cultura intelectual que se había desarrollado frente a la lectura de la Biblia se ignora. Entonces ¿cómo puede haber libertad de consciencia? Pues libre lector es aquel que entiende los niveles hermenéuticos de la Biblia y que ha trabajado su consciencia y entiende que una lectura literal es sencillamente un delirio. Pues aún si los Evangelios relatan hechos reales estos siempre tienen significado simbólico y este significado simbólico tiene un sentido realmente actuante. Un mero ejemplo:  Jesús ve un Rabbi meditando bajo la higuera sus ramas se secan y anuncia que tal árbol ya no dará fruto. ¿Qué interpretamos aquí? Pues las higueras dan frutos, pero Cristo parece anunciar algo decisivo ¿Entonces? Bueno conviene saber que la higuera era el árbol bajo el que meditaban los místicos judíos y que bajo ella recibían iluminación de Jehová a través de la sangre judía. Ahora la cosa cobra más sentido: la antigua iniciación racial (y lunar, que no solar) judía no iluminara más y solo a través de la universalidad cristiana hallarán revelación y luz los que busquen la iniciación en los Misterios. ¿Esto puede entenderlo libremente un campesino que solo lee la Biblia? ¿Mas aun cuando no puede mas que interpretar literalmente? ¿Esto es libertad de consciencia? No solo la forma que también la substancia hacen al acto libre….y justo, y humilde, amante de la verdad. Así Erasmo dice dónde va Lutero la cultura muere. Y el cristianismo también. Pues ¿se respetó el nuevo comienzo, la lectura litera bíblica de aquellos recién alfabetizados? ¿Hubo coherencia reformista, igual que hubo coherencia católica? La respuesta corta es: de ningún modo. Además, la vanguardia del reformismo pareció bastante estulta al no prever que prueba iban a tener que sufrir cuando las clases bajas se tomaran en serio la teología literalista y libre que se les ofrecía. Ya que hay pasajes muy literales sobre la condena del rico, y de la apropiación, y que los últimos serán los primeros, y se habla del comunismo factual de las primeras comunidades (en los Hechos). De modo que libremente los pobres alemanes interpretaron que debían revelarse contra los ricos, y sin San Francisco para domar ese camino errado, estalla la revolución ¿Y que hace Lutero? Se pone de parte de los príncipes y en términos sádicos  (asqueante sadismo clasista el de Lutero, que ante la duda es mejor leer de primera mano, no sea que se crea que el que aquí escribe exagera) condena la revuelta. ¿y no era interpretación libre y mas o menos exacta desde un punto de vista literal, no instruido, “libre”? Lutero según su ley, refuerza al fuerte y debilita al débil. Así el feudalismo llegará hasta el siglo XIX en sus tierras germánicas y será por un motivo de fondo. Si el norte avanza es por otros tres flancos, y si Alemania avanza es por el impulso pristino alto-cultural del criticismo, idealismo, filosófico alemán, destinado a sacar de si los niveles hermenéuticos de la Biblia y la cristología suprasensible racional, más allá de cualquier burdo literalismo ): el anglicanismo, que es un catolicismo de iglesia nacional que concentra los dos poderes, el desarrollo del racionalismo francés que partiendo de un cierto volitivismo en el acto de dudar de lo sabido solo lo usa para afianzar lo ya sabido y que es un desarrollo del catolicismo francés, y por la Holanda calvinista, que en Calvino ve el método de justificar teológicamente los valores de una burguesía ascendente en un puerto comercial por excelencia (sin olvidar la extraordinaria problematización de la alta cultura filosófica alemana del libre pensar y la libertad de consciencia, y el intento de recuperación de los niveles hermenéuticos superiores de la Biblia, como uno de los motores fundamentales de la Cristologia idealista ). Es el libre arriesgarse en el juego económico en condiciones de mercado inmejorables a través de la sumisión a la ética de trabajo la que crea la abundancia material fruto de la libre consciencia que es la versión mundana de el Reino de los Cielos del calvinismo y el liberalismo económico (esto es el neo feudalismo económico tiránico inglés, por el cual se reconvertirá el poder político, en poder de propiedad, y se podrán ejercer relaciones serviles mas allá de justificaciones esencialistas. Dicho en plata, un príncipe con grandes propiedades podía transformarse en un rico industrial si la marea Güelfa arrastraba con ella las relaciones puras de servidumbre y las castas sociales separadas) Además, es el éxito en tal juego mundano el que denota quien será salvo y quien no. Pero si los ricos son los salvos y los pobres los condenados, aquí y en el más allá; ¿qué clase de Dios y que clase de Jesucristo permite tal cosa? ¿cómo tal torsión del cristianismo es posible? Pues Lutero lo que inicia es una teología para el uso volitivo e interesado de las elites, escudándose en la libertad de consciencia formal pura, que refleja el arbitrio divino al otorgar la gracia.  Su teoría de la gracia es la justificación meta-política del dictum arbitrario del rey, príncipe, que como la voluntad divina esta más allá de razón y de limitación racional ninguna. Vamos precisamente lo criticable en un papa infalible. Se insiste en primar la ley sobre las instituciones ¿pero que ley? ¿La civil? No puede ser. Es la ley derivada de la Biblia, como si fácilmente se desarrollara un sistema jurídico a partir de la misma, como si encima pudiera ignorarse a Santo Tomas y la Escuela de Salamanca, y sugerir que la Biblia contiene otra ley que no es el iusnaturalismo teologico, que hace a todos iguales, no como pecadores, si no como seres que al ser a imagen y semejanza de Dios, contienen una Scintilla divina, que llama al debido respeto ante “otras humanidades” ¡arrogante orgullo que parece decir y no dice nada! Pero esa ley de la Biblia como hemos visto es tan solo la legalidad de los escogidos por Dios para gobernar sin límite racional (en tanto “la gracia” del gobierno terrenal le ha sido otorgada absolutamente). Es así claro como la ley protestante, por un lado, crea unas leyes anticatólicas aberrantes y crueles (confiscación de la herencia a las familias católica, impedimento a los católicos para cumplir puestos de autoridad, juicios político-teologicos) – lo que nos da una medida de que viene a resultar ser la propaganda de la tolerancia religiosa protestante-, y desencadena las quemas de brujas en una enajenación más allá de la razón que es de facto uno de los mayores crímenes eclesiales de la historia. En cambio, la institucionalizada inquisición española, llena de legalidad interna, medidas pro reo en caso de duda y procedimientos legales refinados por expertos durante siglos, determino que en la mayoría esos casos eran sugestiones colectivas. ¡La terrible e irracional inquisición española! ¿No es extraño? (Hablamos de decenas de miles de muertos en Alemania, el doble en Francia y otro tanto en Holanda e Inglaterra- mas de 70.000 sentencias a la hoguera en total- ..contra solo 53 procesos en España)

Mas es la reforma la que permite que la cultura cristiana torne en civilización nihilista, materialista, desconectada de la ética y de la ley natural, y conectada al mundo positivo solamente, a la abundancia terrenal, a la salvación de los monopolistas. De la compra indirecta de la gracia mediante la pericia técnica de acumular riqueza. Es simonía directa hacia Dios, no es simonía eclesial o institucional. ¿Y no era eso lo que se criticaba en las bulas en un primer momento, pero en una versión si cabe más escandalosa? Pues vaya papelón.

Notas histórico-políticas. Reforma y capitalismo….pero ¿Reforma y democracia? ¿Reforma y ciencia?

No esta de mas hacer notar que la Revolución Francesa entronca directamente con el derecho natural y la visión de la legalidad católica: Los derechos del hombre igualan a todos, hacen fuerte al débil y débil al fuerte. Lo que sucede es que también peca por otra vía, al secularizar enteramente el Derecho Natural, de intentar positivar en exceso ese DN, en solo dar por valida la positivación nacional de dicha legalidad, como versión racional positiva del reino de los Cielos. A pesar del valor sincero y de la religiosidad histórica-política sincera (no es por ocurrencia que alguien como Chesterton alaba de un modo tan directo, y para desmayo de sus lectores conservadores, al partido jacobino) esa propuesta también fracasara. Y lo hará frente al naciente capitalismo y no de su mano. Contra la Economía Tiránica como la llama Robespierre. El sólido articulado constitucional, o meta-jurídico del Derecho jacobino, del que derivan los derechos esenciales como principios de la arquitectura estatal, muestra que todo uso o sistema de libre mercado que impida el derecho a la vida digna de parte de la población es tiranía y no legalidad (Algo estudiable en el paso de la hegemonía Girondina, defensora del libre cambio absoluto de los fisiócratas y la Ley Marcial contra los hambrientos, a la jacobina que, jaqueareis populares mediante, regula el precio del pan precisamente atendiendo a la primacía del derecho a la vida digna, sobre el derecho al libre uso de la propiedad) . Algo que conservamos en nuestros principios intuitivos sobre el derecho social e instituciones socialdemócratas básicas, pero no en nuestras constituciones o en nuestra arquitectura jurídica. La razón de ello es que el capitalismo es feudalismo procesual o liquido (no esencialista o cualitativo si no cuantitativo) y de estar limitado por el derecho universal a la vida no podría mas que cumplir una labor social y no podría haber tal independencia entre economía y proyecto político republicano demócrata. No en vano los defensores de la desregulación económica absoluta en Francia se llamaban fisiócratas. Eso es lo que se busca, el estado de naturaleza pautado en el ámbito económico.  En este sentido se puede observar una convergencia del socialismo democrático y los partidos demo-cristianos. Pues un cristiano no puede tolerar que haya leyes que hagan al fuerte más fuerte ante el débil, y menos que no haya mecanismos para salvar de tal abuso o sus efectos al cada vez más débil. Que esa coalición era el temor de todos los feudalistas económicos y políticos es algo muy visible históricamente. Con solo decir Aldo Moro ya sabemos de lo que hablamos (y si no se aconseja estudiar los ejércitos Gladio. La logia P1, y la cooptación de las Brigadas Rojas).

Scentia: ¿es posible conocer la versión matemática de los pensamientos divinos en la naturaleza? ¿Cuestión de libre consciencia lata o de sabia comprensión y alta-hermenéutica natural?

En primer lugar ¿Dónde nace la libre consciencia critica? En las universidades católicas y sus controversias. Fácilmente se olvida que nominalismo y universalismo, que tanto Santo Tomas o Alberto Magno son tan escolásticos como Ockham o Abelardo. Se olvida que hay un abismo entre Escoto y Leibniz o Wolff, un abismo conceptual posibilitado por la libertad universitaria de disensión, y por la especializada artesanía conceptual usada para tratar dichas controversias.

Sobre la ciencia y la reforma: En primer lugar, toda ciencia necesita de un campo técnico no completamente formalizado, pero ya existente y complejo. Es la ciencia que surge de la técnica avanzada y la teoría que la explica. Para un pueblo activo y realista como el español era importante el dominio de la técnica de navegación en todas sus vertientes lo primordial, y la ciencia teórica va en segundo lugar pero es conocida. Así Newton recibe elogios por parte de algunos jesuitas diciendo que sistematiza todo lo que ya sabían de filosofía natural, no la aristotélica, si no la valida para el arte de navegación avanzado. Por otro Bacon y Newton son de cultura anglicana. El primero estudio en las universidades árabes españolas (y es imposible no ver en Bacon una adhesión a la teoría de la doble verdad averroísta) y el segundo tiene mas tratados de alquimia que de ciencia. Así que protestante no parece. Galileo era de cultura católica y sus tesis fueron avaladas prácticamente por la circunnavegación del orbe (además de entroncar con el neoplatonismo copernicano y con el neo-pitagorismo cristiano para el cual “El libro de la natura se escribe en caracteres matemáticos”, tesis que permitiría leer los pensamientos divinos al desencriptarlos de su velo matemático, y que, por tanto, entronca con la teoría de los prolegómenos racionales de la fe tomista. Ambas teorías grandemente impulsadas por la teoría del ajuste fino actual, por cierto). En economía sin la Escuela de Salamanca no entendemos nada. Ni tampoco en Derecho. ¿Entonces? La separación de poderes fue ilustrada, que es una secularización de las exigencias del Derecho Natural (además de raíz cristiana clara, ya que no es posible en el mundo de la caída confiar en un monarca bueno, ni en un uso del poder que no necesite ser vigilado), no un invento calvinista. En fin, reforma es pues nihilismo, expulsión de la razón de la teología, el derecho y la política.





LA REFORMA DE LA REFORMA O LA LIMPIEZA DEL NIÑO TIRADO CON EL AGUA SUCIA. RACIONALISMO TEOLOGICO COMO CAUSA DE POSIBILIDAD DE UNA ESTRUCTURA DEMOCRATICA DE LA IGLESIA UNIVERSAL CRISTIANA.

¿Ahora la solución? La inversión de la teología luterana y la edificación de un entramado institucional no solo positivo sino coherente con dicha inversión, y, por tanto, renuncia a la jerarquía posicional católica por una jerarquía de la competencia racional, la honestidad y el corazón bueno y juicioso. Una meritocracia de teología católica, sin la estructura solo jerárquica derivada del medioevo. (Esto es, superación hegeliana del catolicismo meramente positivo y su antítesis luterano-calvinista)

¿Acaso las llaves entregadas a San Pedro (concepto problemático pues no se dice si es en línea sucesoria o en los desarrollos de Pedro, y su concepto de Iglesia, que debemos buscar dichas llaves) pueden primar sobre la figura del Espíritu Santo, como energía propia de la comunidad de creyentes reunida en “mi nombre”? Acaso no es claro que es el carácter de este “reunirse en su nombre” el que hace a todos los reunidos pontex validos? ¿No reclama acaso la iglesia universal cristiana (kat-holicos) una forma democrática y una meritocracia de la buena obra desinteresada? ¿Acaso los fieles están impedidos para notar la honesta dación al otro del santo y separarla de la falsa caridad del político eclesial? ¿No pueden juzgar las bases a esta corrupta jerarquía en justicia? ¿Acaso los católicos deben aceptar esta forma de feudalismo eclesiástico, teológico, institucional? ¿Acaso no podemos reconocerles por sus frutos y reconocernos por nuestros frutos? ¿Acaso no serviríamos libremente por razón y buena voluntad a aquel que reconocemos por sus frutos? ¿Acaso hay otro fruto que la obra desinteresada, que el sacrificio sincero por una causa superior? ¿Acaso no son los frutos de las ciencias teóricas puras y las artes clases de esta acción sacrificada desinteresada por mor de un principio superior? ¿No es todo el legado occidental fruto de este tipo de obrar y no es, por tanto, en su defensa que podemos hablar de universalidad, de kat-holon, de mediación a través del todo, y por tanto defender en justicia aquello reivindicable y virtuoso de nuestro legado? Como es la sincera acción auto sacrificial desinteresada por mor de un fin superior (quizás la verdad, quizás la belleza superior) el fruto de la buena voluntad racional, observemos que desarrollos que son sinceramente para-cristianos o incluso anticristianos en la letra, son fruto del cristianismo en el verbo. Así con gran sabiduría Hegel cifra el Espíritu Absoluto en aquello que comprende en si su ser y su no ser. Aquello que asimila y precipita lo que esta en contra suya, o es un no ser, pero que es solo gracias a la semilla del cristianismo ( y que al asimilar pone sobre sus pies algo oculto de si, y convierte la antítesis en escalera hacia la síntesis). Así la verdadera iglesia católica se reconoce por el reconocimiento de la buena obra, incluso en formas aparentemente antagónicas, o desvinculadas. No es ya ética de trabajo, es ética de vocación absoluta, del que por mor de lo superior pone todos sus intereses personales en segundo plano, y es una meritocracia real, segundo racional y determinable no por decreto si no por testimonio veraz y testificación honesta accesible a todos los seres humanos, tercero omniabarcante antropológicamente, cuarto con una clara brújula de dirección de progreso, quinto capaz de dar una comunidad de sentido y propósito universal, sexto capaz de colmar el ansia de justicia humana, séptimo realmente dirigida a la realización del Reino de los Cielos y permitir que la humanidad, en lo elevado que esta esconde, supere lo mundano o lo meramente mundano. Octavo con la visión o consciencia de haber pasado por la experiencia del error y del error de la corrección del error, lista para dejar a la cúpula de pederastas corrompidos que dicen mediar a cristo y se llaman católicos atrás, pero también capaz de dejar atrás a las instituciones que defienden una teología y una antropología mundanizante, y capaz de pujar por un nuevo modelo de Estado basado en la positivación de los Derechos esenciales, frente a la democracia liberal y el comunismo dictatorial (modelo que ya existe en los desarrollos teóricos del que aquí les habla, y que ya está debidamente teorizado en múltiples artículos que hare accesibles a todo el que se interese por el tema. Brevemente es un Estado de Derecho realizado, de doble economía (basada en el egoísmo como es el bloque de mercado libre y basada en el colaborativismo antropológico como es la segunda economía del Estado), donde el bloque colaborativo seria de propiedad colectiva- por ratios de participación en ella- de la misma sociedad civil y no del Estado (siendo el primer estado en cumplir el proyecto de Marx de dar la propiedad de los medios de producción al pueblo). Sistema que no se implementa revolucionariamente, capaz de dotar de soberanía a un Estado Nación, y solo siguiendo los mandatos de la teoría del derecho republicana de substancia iusnaturalista hasta sus ultimas consecuencias. Ahora es un proyecto suficientemente trabajado y pensado para poder resumir en unas líneas y fácil de malinterpretar si no se explica pormenorizadamente.)

CONFESION, PENITENCIA, LA BUENA OBRA COMO ETICA DE LA VOCACION ABSOLUTA EN SU EXACTITUD CRISTIANA.

A tenor de conversaciones con buenos cristianos de buen corazón y amplia mente que, casi de modo providencial se diría, aparecen en mi camino y con los que he discutido con vivo interés sobre esta propuesta y este análisis aquí desarrollado, me he visto en la justa obligación de articular de un modo mas concreto aspectos de la teoría que quedaban como flecos sueltos sin debido remate. El primero es el asunto de la confesión, y he de reconocer que se me abren varias opciones y perspectivas sobre el asunto. En primer lugar siendo informado de la posibilidad de confesar ante Dios directamente desde el Concilio Vaticano II saltándose la mediación eclesial, lo cual parece como se me dijo un intento de incluir los rasgos de la reforma mas consonantes con el mundo actual, en primer lugar no entiendo el motivo por el cual tal disposición no llevo a la desestimación de la necesidad de una jerarquía eclesial en la Iglesia Católica, pero es más, si esa confesión debe dar como fruto una penitencia obtenida en la libre relación con Dios, es decir si esta relación es posible, ya pasamos la frontera de la reforma en los terrenos del gnosticismo, aunque sea en su versión mas sobria. Lo cual no es problema para mí que soy gnóstico, y abre un camino a otro efecto del nuevo ordenamiento católico aquí expuesto: la reintegración de la vía gnóstica dentro de la Iglesia al quedar la pontificacion jerárquica eclesial sin justificación. Lo cual considero muy importante en dos sentidos: el gran componente gnóstico del cristianismo primitivo e incluso de figuras que codifican el comportamiento de la naciente iglesia como es San Pablo (al que es imposible no entender como gnóstico), el carácter del Espíritu Santo que galvaniza a cada miembro de la congregación de modo que todos son pontex, puentes, de ese impulso divino que, aunque dota de poderes diversos suprasensibles a los congregados cuando se manifiesta (le hace ir más allá de el mismo sin el concurso de su entendimiento. Pero el entendimiento no es para nada una facultad no plástica y abierta a sobrepasar lo que tenía por límites de sí. En el ser consciente de ser puente de una facultad que supera el entendimiento en acto, el entendimiento no es anulado si no que recibe su negación determinada provisional. Ya sea por el recurso a la lata psiquiatría o bien ya sea por el desarrollo de una teología viva al modo científico que recorra humildemente los caminos de la docta ignorantia cusana hacia la scentia neo-nata de los niveles superiores ontológicos, a través de un nuevo lenguaje y un nuevo pensar coherente con el pensar lo meramente inerte), los interrogantes que demanda la irrupción del tercer actor teológico, precisamente en cuanto varios reunidos en el espíritu del segundo lo canalizan, solo y si esta condición se da, no pueden sustraerse al trato del pensamiento crítico, que mediante lo que no sabe puede auparse a lo que puede saber discusivamente. En este sentido y por no alargarme, habrá que considerar si debe prevalecer un carácter pasivo ante el tercer actor, y tomar los delirios evangelistas por ciertos, o bien, y en consonancia con la más alta teología idealista alemana- que es fruto de obras, de ética de la vocación absoluta, de un modo absolutamente diáfano-, considerar que, el reunirse en el nombre de Cristo, no es una reunión formal y que esta actúa de hechizo, sino que hay distintos grados del reunirse en el nombre y además de Cristo, esto es que hay un componente activo en esa reunión y su carácter, y que es ese componente activo el que, en tales circunstancias, se ve empujado fuera de su perímetro, pero de tal modo, por la reunión de testificación subjetiva e intersubjetiva, que esa misma actividad individual es consciente de realizar un sorpasso, racional o metarracional. ¿Qué diferencia un delirio del estado llamado “hablar en lenguas” tomado con seriedad esotérica y sin confundirlo con la cacofonía irracional de la posesión evangelista? Su correlato objetivo, es decir el habla significante en lenguas humanas desconocidas, como símbolo de sentido sustante que define con claridad el carácter multi-pontificial, infinitesimal impulso de lo finito hacia lo infinito del alma activa reunida en la verdad que hace brillar en una composición múltiple en el lenguaje humano, en una medida x de divinización. Este correlato no seria alcanzable si se hablara en lengua divina, si fuera una posesión que apagara el switch humano, lo cual parecería lo lógico, pero Dios no se interesa en primera instancia por la verdad que solo el absoluto seria capaz de emitir o entender al margen del hombre, se interesa por el nacimiento y expresión relativa, pero honesta, de la consciencia de lo divino entre los hombres. De modo que el acto del tercer actor es y solo si hay acto del actor mundano en su multiplicidad y solo mediante ella. Su impulso sería más una metacognición posible en grados en ciertas condiciones intersubjetivas, y menos una posesión volitiva que tomaría los mandos y volvería a dejar al hombre tal y cual es, como si hubiera sido hipnotizado, sin más. Dios confía en el hombre igual que el buen Ilustrado confía en el pueblo contra el despotismo ilustrado, confía en su gradual ascenso libre (errático a veces)a los misterios divinos, pues como dijo Schelling, es Dios de los vivos y no de los muertos. No se trata de ser poseído por Dios y poner el piloto automático, se trata de ser influido por lo divino y libremente pujar para reintegrarlo en una subjetividad en desarrollo infinitesimal hacia lo divino), al hacerlo se hace manifiesto y se conoce la verdad de la realidad divina y en medidas disimiles hace accesible los contenidos mismos de las verdades superiores divinas. Mas aun, la buena nueva en su aspecto epistemológico es la capacidad de conocer al Padre mediante el Hijo, y de conocer al Hijo resucitado mediante el Espíritu Santo que mora en aquellos que se congregan en su nombre. Mas aun mediante la Pasión del Cristo Dios se da a conocer, en su voluntad y pensamiento, y revela buena nueva a los hombres, que pues, la conocen. Pero volviendo al tema que nos ocupa, a mi me parece revelador que sectas heréticas gnósticas como los cataros no se libraran sencillamente de cualquier intermediario entre Dios y el hombre para la confesión: esta debía realizarse ante un “hombre bueno”. Este era un hombre que por sus obras y conocimientos había sido otorgado tal titulo por las bases cataras, un hombre que conocía el ritual de catarsis propio de los cataros, que limpiaba a la persona de pecado. Bien esta pues analogando a lo que se propone aquí para la iglesia católica es una posibilidad: sacerdotes (de ambos sexos por el amor de Dios) escogidos por las bases por su eticidad y sabiduría como confesores y consejeros. Lógicamente con respeto escrupuloso del derecho y secreto de confesión, cuyo incumplimiento tendría graves repercusiones para el infractor. Antes de seguir con otras opciones quiero abundar un poco en el motivo por el cual no me parece pertinente la confesión directa a Dios: primero puesto que Dios ya conoce tu pecado, y nada uno pone en juego en este tipo de confesión. Segundo por ser unos y otros, los congregados en su nombre, los custodios del pecado de nuestros hermanos, es la más difícil prueba de confesarte ante otro ser humano y la todavía más difícil de custodiar sin juicio y con amor la confesión de un hermano (es decir que la confesión no debe ser poética, ni en la sola subjetividad ante Dios, que puede tomar por mandatos sus burdos deseos transformados en “voces”, siguiendo a Kierkegaard en “Temor y temblor” el único humano al que la voz de Dios ordeno matar a su hijo y no era un loco asesino fue el primero de los judíos, Abraham, el resto transitan un camino de perdición, ahora la confesión debe ser filosófica y mediada por la intersubjetividad donde el tercer actor divino se hace patente). Pues como ha quedado expuesto no es por la absolución que la confesión debe realizarse, si no por el verdadero deber autoimpuesto, que nace de la exteriorización dialógica de nuestro particular modo de errar, de cambiar nuestra senda y nuestro modo de actuar y pensar en el mundo. Es decir, la comunidad de creyentes galvanizada por el Espíritu Santo es la mediación entre lo mundano y el reino de los Cielos. Por tanto, es en esta, que, como crisol, o cáliz, deben venir a verterse los impulsos mundanos de los fieles y donde estos deben ser transformados en obra cristiana, obra que se gesta a través de lo mundano, en gestos y acciones ejecutados en el mundo, pero conteniendo la semilla del Reino de los Cielos.  Otra posible forma de confesión es la realizada ante un buen amigo dentro de la comunidad, entroncando con el Sócrates que afirma que sincerarse con un buen amigo, que bien te quiere, cura el alma y en esto se cura el cuerpo como consecuencia. Aquí tenemos una bella analogía: la confesión, arrepentimiento, contrición, serian el alma curándose, y el cambio de rumbo que lleva a la buena acción en el mundo, la curación del cuerpo. Pues aquí lo vital es que, al exteriorizar el pecado ante otro también falible, ya no podemos jugar juegos psicológicos y librarnos de la certeza de el mal que hemos hecho y testificado, y por otro que en la conversación con otro que bien te quiere y que comprende tu pecado como comprende el suyo, la resolución para el cambio de camino y el buen obrar debe aparecer como impulso de comprensión de la acción propia en una nueva dirección. Bien ¿qué sucede con la penitencia? En primer lugar, nos libramos de todas las penitencias formales del catolicismo meramente positivo, que son totalmente externas al proceso particular de errar y de posterior buen obrar, y francamente ridículas. Si quisiéramos hablar de una penitencia con sentido, tendríamos que tomar el ejemplo de la auto imposición en consciencia de la penitencia, como vemos ejemplificada en la película “La Misión”.  Pero creo que es necesario ir mas allá, pues la penitencia es realmente engañosa al ser ofrecida como un dolor propio que se da para ser absuelto del pecado, pero es que, y este es un punto clave, lo que verdaderamente te absuelve del pecado y del pecar en cuanto habito, es el cambio de rumbo y la buena obra realizada en referencia al pecado. No es llevar un cilicio lo que te purga de tu tendencia a manipular a tus empleados pj, es la firme decisión de no manipularlos, y el comienzo de una acción en la que tu interés queda detrás de la sincera voluntad de ofrecer un trato justo a aquellos sobre los que tienes poder mundano. Mi recientemente fallecida abuela, Dios la tenga en su gloria, siempre decía “En el pecado llevas la penitencia” Así efectivamente el pecado concreto impone su penitencia y esta es la rectificación de los caminos que a el te llevan y la obra desinteresada para desactivar in re, en el mundo, las consecuencias de ese modo de pecar. La penitencia son las consecuencias de un obrar desinteresado por fines superiores en la esfera mundana que es egoísta y cuyos fines son bajos: la incomprensión, la oposición, la burla, el aprovechamiento de el desinteresado por intereses mundanos, la violencia de los pecadores no arrepentidos. Esta es la verdadera penitencia y la que testa al tiempo la sinceridad del obrar desinteresado por puro amor y consciencia que distingue el buen obrar hecho por la salvación pero no para salvacion y el buen obrar por principios de acción internos. Así que, de este modo, salvamos la objeción reformista por la cual se hacen buenas obras para comprar la salvación, o que la absolución del pecado no hace mas que espolear al pecador que sabe será absuelto (en una versión católica del peca más fuertemente). En primer lugar, la penitencia clásica no es buen obrar, así que aquel absuelto por confesión que nunca cambia su rumbo pues su interés no es hacer la obra de Dios si no salvarse, por ello no se salvara, en justicia. Pues no se ha perdido a si mismo para encontrarse. Por otro el que según esta nueva comprensión teológica haga actos desinteresados con el interés de ser salvo, no aguantará la verdadera penitencia que el mundo le infringirá, y la contradicción en su interés será manifiesta y no será salvo.

Por último, es necesario discernir entre la buena obra y la obra de una vocación absoluta errada. La buena obra implica el autosacrificio por un principio superior. En primer lugar, un autosacrificio que pueda dar como resultado el sacrificio involuntario de otros mediante este, cualquier versión terrorista del autosacrificio es pecado mortal, mas si se dice hacer en nombre de Cristo. Este autosacrificio no puede tener un componente compulsivo, masoquista, ser fruto de una perversión, debe ser libre y realizarse para materializar la obra como expresión concreta de un fin superior. La obra debe ser en todo aspecto fruto del amor, el trabajo concreto de una parcela de lo real según principios superiores. Los principios superiores que motivan el buen obrar, no pueden aparecer separados del resto de los fines suprasensibles, aunque sea uno de ellos el que prime en la obra. Por mor de aclarar este punto: si la verdad motiva tu obra, pero esta desconectada de la justicia, la belleza superior y la compasión, tu obra se ajusta a la ética de la vocación absoluta, pero tal vocación y tal obra no son cristianas, mas aun, en cuanto motivada por un entendimiento parcial de la relación absoluta de los fines superiores, no es una vocación absoluta por principios, aunque sea absuelta y desligada de la acción interesada común. Si la compasión es el principio de nuestro obrar, pero desligado de la verdad y la justicia sucede lo mismo. Si es la belleza superior desligada de verdad, justicia y compasión, otro tanto de lo mismo. Además, no es difícil imaginar ejemplos de estos falsos caminos aquí mentados que llevarían a obras mundanas (superiores pero mundanas) cuando no a obras demoniacas, o mejor dia-volicas. Esto se explica por ser el agathon platónico, el bien suprasensible que ilumina los primeros principios y su interrelación, Dios mismo. Como dice Platón no es posible mirar directamente ese sol y solo podemos ver como su luz ilumina la esfera de lo sublime, de lo divino en el hombre. Es decir que una buena obra solo puede ser fruto de los principios superiores iluminados en sus mutuas relaciones por la luz de la divinidad, y por tanto, tomar el bien superior como principio, es tomar a Dios mismo como principio de la acción, se sepa tal cosa o no. Pero debemos aguardar un momento, si hay diversos modos intensivos de unirse en su nombre, es dcir también cualitativos, y este impulso del tercer actor actúa como una suerte de metacogniccion infinitesimal de lo divino, el grado de reconocimiento de la interrelación entre los primeros principios y su cualidad, variara según nuestra relación con este impulso supra-subjetivo, pero nunca objetivo- pues la objetividad del Reino de los cielos solo se positiva en la medida que los hombres hacen obras individuales y libres en cierta relación con este impulso, que es mudo e ineficaz sin el concurso de la subjetividad y la intersubjetividad, en tanto pues, la unidad de los primeros principios en la obra depende de una doble comprensión humana de dicha relación, y de una relación humana dada con el principio suprasubjetivo, que a su vez se interrelacionan, alumbran) La buena obra toma a todo ser humano como un fin superior en si mismo y no puede usar a nadie que no sea el actor de la misma como medio para un fin. La buena obra da buenos frutos por los que es conocida. La obra superior mundana o dia-volica (de voluntad escindida) da frutos que se revelan o como un nada o como su contrario en el segundo caso. Así el intento del llamado socialismo real de traer un orden de justicia realizada en la tierra devino la injusticia realizada. Así el intento de realizar la libertad de los hombres y traer la abundancia material de la utopía liberal ha encadenado a los hombres a sus relaciones laborales y a una libertad atrapada por los fines mas bajos, hurtando la posibilidad de ser libre del propio interés, y trayendo gran abundancia material ha creado la mayor indigencia espiritual, la miseria de los condenados por el dios del mundo que parte y reparte, la miseria de los que poseen demasiado, la miseria de la equivalencia entre ser y poseer, el terrible peligro de una tecnología que usada de ciertos modos anula cualquier posibilidad de descubrir lo divino en lo humano, que no puede controlar y puede destruirle totalmente. Son solo dos ejemplos puestos como concreciones de estos principios generales ya expuestos.





Al contemplar al Espíritu Santo con ojos dialecticos, tal y como acaba de exponerse, se llega a un punto mas allá del volitivismo y el racionalismo. Se alcanza la ratio infinitesimalmente perfectible que depende de un actuar subjetivo en relación al principio suprasubjetivo, de la interrelación combinada de razón, voluntad, sentimiento e imaginación, en la resultante tanto del entender como del actuar, de un actuar mediante el entender, y un entender mediante el acto superior. Es ciencia, pero fuera del perímetro de la razón. Ahora ¿no esta ya desde hace ya, actuando al margen de la razón provisional y tomando los resultados de dicho actuar como empiria de la que surge un nuevo entender (como sucede en la física no-corpularista, en la materia “espiritual”, antintuitiva de la física cuántica? ¿No hablamos en cierto modo, del mismo nudo, de la misma empresa? ¿La empresa del superhombre dada la vuelta sobre sus goznes? ¿La empresa que, en vez de representar la superación del hombre mediante la quintaessenciacion de lo mundano, es la superación interminable y concreta del pensar y actuar humanos por aquello que sabe de si cuando explora la suprahumanidad que implica su divinidad, sin seguridad pre-determinante y por si misma? Es el acto de la sobrecogniccion y sobrevolicion libre. Esto es el estudio y acto según los mismos, de los primeros principios en cuanto unidad suprasensible, es uno y el mismo acto del buen obrar, el cual retroallimenta el conocimiento de los mismos en un acto puro, el cual retroalimenta un puro pensar……

El progreso es pues la apertura infinitesimal del ser finito humano a la infinitud divina, que nunca puede alcanzar pero siempre puede acercarse mas a esta, en cuanto su vocación por la verdad, justicia y belleza es sincera y desinteresada. Apertura de paradigmas, apertura de la comprensión de la propia acción. Entender mas lo divino iniriendo en lo finito es también actuar del ser finito en cuanto a dicha divinidad. Ese es el buen camino, y el que lo sigue por amor a los principios superiores, hace del mundo un poco mas un reino de los cielos y se salva del pecado, al usarlo de abono para la semilla de la floración cristiana.

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